¿Qué hace significativa la Navidad?

Un tiempo muy especial y esperado para muchas personas es la navidad. En muchas partes del mundo esta tradición comúnmente se suele celebrar con alguna decoración navideña, compra de regalos, preparativos para la noche buena, entre otras cosas.

Hemos llegado al último mes del año 2020. Un año que ha sido marcado por cifras muy tristes de contagios y muertes que el COVID ha venido dejando. Un año con una tasa de desempleo que no se veía en mucho tiempo. Y, un año, donde las reuniones familiares en navidad serán muy atípicas en comparación a otros años.

Es muy posible que esta temporada te haya hecho pensar un poco diferente. Es probable que durante esta pandemia no tengas la compañía de tus seres queridos como en otras ocasiones. O peor aún, es posible que celebres esta navidad desde un hospital. Tal vez los últimos meses han sido muy apretados económicamente que no podrás otorgar los regalos o la cena navideña que solías tener.

Vivimos en un mundo que usualmente piensa en la forma (regalos, fiesta, comida) de lo que es la navidad, pero son muy pocos los que piensan en el verdadero fondo (significado) de la misma. Ahora bien, imagínate por un momento que todas estas cosas mencionadas fueran difíciles de obtener. Luego, toma un tiempo para pensar seriamente y hacerte la siguiente pregunta: ¿Qué hace significativa la Navidad?

La historia de la navidad está marcada por un gran episodio: La encarnación de Jesús. En la primera navidad no hubo un gran banquete, ni decoraciones, ni fuegos artificiales, pero sí hubo un grupo de personas presenciando el nacimiento de un Ser que cambiaría la historia del mundo.

El nacimiento de Jesús yace en un establo, un lugar no apto para el nacimiento de un bebé. Sin embargo, es desde ese lugar que nace un gran mensaje que da significado a la navidad. Consideremos tres implicancias del nacimiento de Jesús:

Primero, por el nacimiento de Jesús, nace la sustitución. Jesús, con su nacimiento, dio vida al mensaje central del evangelio – la sustitución. Solo un hombre justo sin pecado podía satisfacer la justicia requerida de Dios. Jesús es el justo que pagó por los injustos para llevarnos a Dios, habiéndose ofrecido a sí mismo en sacrificio para expiar la culpa y purificar los pecados del hombre con su sangre.

Jesús vino a la pobreza terrenal para sustituir con su vida toda nuestra pobreza espiritual. “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9).

Segundo, por el nacimiento de Jesús, nace la salvación. Los ángeles dieron nuevas de gran gozo “que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” (Lucas 2:11). Jesús, con su encarnación, vino a poner fin a la enemistad que existe entre Dios y el hombre. La paz con Dios es posible por medio del nacimiento de Jesús.

¿Cómo el nacimiento de un niño podría traer paz? La única manera en que podíamos ser reconciliados con Dios era que Dios mismo en Jesús viniera a nosotros para ser condescendiente con nuestra miserable condición del corazón. Necesitas reconocer las tendencias libertinas de tu corazón y la inclinación moral para auto-justificarte, como si la salvación pudieras ganártela por algún recurso humano. Debes renunciar a seguir buscando ser tu propio salvador.

La salvación es un acto de la gracia de Dios a tu vida. El pesebre no solo muestra la pobreza de Jesús, sino que también refleja nuestra miseria espiritual y nuestra necesidad de un Salvador.

Tercero, por el nacimiento de Jesús, nace la exaltación. Jesús nació en un establo, un lugar indigno de su realeza. No obstante, nació allí, humillándose a sí mismo. Jesús, el Hijo de Dios, dejó todas las comodidades gloriosas del cielo; para que el hombre fuese beneficiado.

Jesús teniendo la naturaleza de Dios, no considero ser igual a Dios como algo a que aferrarse, sino que se vació a sí mismo “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo” (Filipenses 2:6-8). Jesús nació para morir y humillarse por el hombre al sufrir en una cruz. Si crees en tu corazón esta verdad, puedes confesar con tu boca que Jesús es tu Salvador.

La exaltación de Jesús tiene que ver con que Dios le dio un nombre sobre todo nombre, “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:8-9). Jesús es el Salvador y Señor. El precio ya está pagado, Él quiere gobernar en tu corazón para siempre.

Es posible que esta navidad sea diferente en la forma (regalos, fiesta, comida), pero puede iniciar siendo aún más diferente si tan solo por un momento puedes valorar el fondo de la navidad y toda la obra que Jesús hizo principalmente por ti. Toma un tiempo para pensar en estas verdades y pregúntate si estás celebrando el verdadero significado de la navidad.

 

Autor

Más del autor

Vive en Lima, Perú. Es uno de los pastores de la Iglesia Bautista Gracia. Tiene una Licenciatura en Educación, Maestría en Artes en Southern Baptist Theological Seminary y una Maestría en Divinidad en Midwestern Baptist Theological Seminary. Actualmente, es candidato al Doctorado en Ministerio en Southern Baptist Theological Seminary. Está casado con Laura, con quien tiene una hija. Le encanta leer y tener conversaciones acompañado con una taza de café.

COMPARTIR