La Biblia es una historia, pero no cualquier historia, es la historia más significativa que jamás hayas escuchado, ella da forma y define de dónde vengo, por qué soy como soy, cómo es mi vida día a día y como todo culminará algún día. En el libro Mejor que el Edén escrito por Nancy Guthrie, ella toma esta idea de que la biblia es una historia y nos da una perspectiva fresca. Ella misma cuenta su propósito al escribir este libro: revelar aspectos “de las excelencias y las superioridades del cielo nuevo y la tierra nueva…, superiores no solo a la vida en este mundo afectado por el pecado donde vivimos actualmente, sino incluso superior a lo que Adán y Eva experimentaron en el Edén original” (p. 13). Quiere ubicarnos en la historia de la biblia, entre el Edén y el nuevo cielo y la nueva tierra; quiere dar luz a nuestra realidad ahora, reflexionando sobre el pasado y mirando hacia el futuro.
En este libro hay nueve capítulos, con nueve temas bíblicos unidos por una trayectoria en común, desde su comienzo en la creación buena de Dios, a través de su destrucción y devastación por el pecado de Adán, hasta las maneras en que Cristo perfecciona, consuma y corona cada tema mediante Su sufrimiento y gloria.
El primer capítulo trata de “la historia del desierto,” hablando de los vacíos que todos tenemos en nuestras vidas y cómo Dios hace Su mejor trabajo en esos espacios vacíos, renovándonos y haciendo una nueva creación.
Luego, nos cuenta “la historia del árbol” y usa la imagen del árbol para desafiar nuestra idea de la buena vida. La autora responde a la pregunta “¿Qué es la buena vida, y cómo la alcanzamos?” (p. 30). La encontramos en la cruz donde Cristo dio Su vida para darnos una nueva vida que será perfeccionada en el nuevo cielo y la nueva tierra.
La siguiente historia es “la historia de Su imagen”. Este capítulo en particular trata uno de mis temas favoritos, nuestra identidad. Ella nos da una respuesta bíblica sobre nuestra verdadera identidad, la cual no está definida por nosotros los humanos sino por Dios.
En el capítulo cuatro, leemos “la historia de la ropa.” Imagino que no muchos han pensado en cómo algo tan mundano como la ropa puede apuntarnos a Cristo, sin embargo, la ropa representa nuestra necesidad de cubrir la vergüenza del pecado. Gracias al sacrificio de Cristo Su sangre nos viste con la gloria de Dios.
Luego sigue “la historia del novio”, en la cual la autora usa el cuadro del matrimonio para describir nuestra relación como iglesia con nuestro Novio, Jesucristo. “No sofoques esos deseos de ser amado…; dirige tus deseos al único que puede amarte… para siempre” (p. 91).
Después vemos “la historia del sábat”, un tema del que no hablamos mucho. Vivimos vidas ocupadas, muchas veces con cosas buenas, pero nos olvidamos del regalo del descanso que Dios nos ha dado. “El día de reposo semanal debía refrescar la memoria colectiva de Israel respecto a la suficiencia de Dios y Su provisión en el pasado, y a Su promesa con respecto al futuro” (p. 99) y debería ser lo mismo para nosotros hoy en día.
En el capítulo siete, ella nos cuenta “la historia de los hijos” en la cual habla del conflicto creado por nuestro pecado y de la protección que Dios provee a Sus hijos a través de Cristo. Ella hace un contraste entre los hijos de Satanás y los hijos de Dios, destacando el Salmo 91, y comenta lo siguiente: “La promesa de este salmo no es que en esta vida tendremos una protección física absoluta de todo lo que pueda amenazar nuestra comodidad, sino una protección del juicio que caerá al final sobre la serpiente y sus hijos” (p. 121).
Casi llegando al final, vemos “la historia de una morada.” Esta historia nos cuenta del deseo de Dios de habitar con Su pueblo, primero en Edén, luego en el tabernáculo, posteriormente en el templo, y finalmente a través de Jesús Emanuel. “Aun mientras Dios habita en nosotros por Su Espíritu, seguimos anhelando el día en que nos relacionaremos con Él cara a cara”. (p. 170)
Para terminar, Nancy Guthrie, nos cuenta “la historia de la ciudad”. Ella destaca varias ciudades en la biblia que, comparadas con el cielo nuevo y la tierra nueva, no pueden ser comparadas con la gloria de la ciudad que habrá undía. En esa ciudad, la nueva Jerusalén, nadie se rebelará contra Dios, sino que cantarán sus alabanzas y lo glorificarán por toda la eternidad.
A veces pensamos en Edén como el cuadro de perfección y anhelamos vivir allí, pero después de leer este libro, tengo una perspectiva diferente. Doy gracias a Dios que tengo un anhelo aún mayor que el de Edén. Tengo la salvación del Señor, el Espíritu Santo que mora en mí, y anhelo ese día cuando mi Salvador venga otra vez para llevar a los Suyos al cielo nuevo y la tierra nueva.
Espero que puedas renovar tu mente con las verdades de este libro. Estas son algunas de las verdades que Dios me ayudó a recordar al leer este libro: Aun siendo creyente, Dios está renovando mi mente con Su Palabra cada día. Solo en Cristo, voy a encontrar una vida que da buenos frutos. Mi verdadera identidad se encuentra en la realidad de que soy portadora de la imagen de Dios. Cristo me ha vestido con Su sangre y no tengo que esconder mi vergüenza. Tengo un Novio (Cristo) que me ama más que cualquier otro novio en este mundo. Dios me ha regalado un descanso para que pueda recordarlo a Él. Dios me protege del castigo final que el conflicto de mi pecado trae. Dios mora en mí a través del Espíritu Santo. Un día alabaré a mi Señor para siempre en la ciudad más hermosa de todos tiempos. Lo que Dios tiene planeado para Sus hijos en el futuro es mucho mejor que el Edén.
Autor
Es del estado Pensilvania en los Estados Unidos. Actualmente sirve como misionera en la Iglesia Bautista Gracia, trabajando con las adolescentes, las jóvenes, y los niños. Por la influencia que otras hermanas han tenido en su vida, ella siempre ha sentido el llamado de Dios a tener una influencia en las vidas de otras mujeres. Disfruta explorar Lima, cantar música cristiana, pasar tiempo con su familia, amigos, y su prometido.
