Deseo relatarte día a día los acontecimientos de la Semana más Importante de la Historia del Mundo.
El día martes amanece, y Jesús y sus discípulos regresan a Jerusalén. Hoy, todos los diferentes grupos religiosos están preparados para derribar a Jesús. ¡Quieren atraparlo! Quieren desacreditarlo y engañarlo en su hablar. Jesús esta listo. Entran al templo y el conflicto comienza.
La Trampa de la Autoridad
Los primeros en encontrarlo son los representantes del Sanedrín, el tribunal religioso más alto de los judíos.
Se habían enterado de lo que Jesús había hecho el día anterior al expulsar a los vendedores del templo, y quieren saber si Jesús lo había hecho por su propia autoridad (como un profeta) o si venía en representación de una autoridad superior.[1]
Jesús, en una clásica forma rabínica, responde a su pregunta con otra pregunta. Les pregunta con qué autoridad bautizaba Juan el Bautista. Él sabe que sus motivos son malos. Se hizo evidente en su opsición a ser honestos respecto a su opinión verdadera sobre Juan el Bautista. Jesús no les da respuesta sobre su propia autoridad. No les debe ninguna explicación porque no desean descubrir la verdad.
La Trampa Política
El siguiente grupo que lo encuentra es una mezcla única de fariseos y herodianos. Esta es una trampa política. Le preguntan si es lícito pagar impuestos a César. Están tratando de incriminarle a Jesús.
Si responde, “sí”, será desacreditado a los ojos de la gente porque ven el impuesto como un signo odioso de sujeción a Roma. Si responde, “no”, entonces, corre el riesgo de entrar en conflicto con Roma.[2]
Jesús toma un denario, una moneda romana con la inscripción de César, y dice: “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.” (Marcos 12:17). Su punto: el gobierno humano tiene su papel dado por Dios, pero Dios sigue soberano sobre toda la creación. Se maravillan de su respuesta.
La Trampa de la Resurrección
Esta vez, son los saduceos los que lo encuentran. Quieren burlarse de su creencia en la resurrección. Le hacen una pregunta difícil sobre el matrimonio en el cielo. Jesús los confronta de inmediato. Les dice que ignoran las Escrituras y el poder de Dios. Las Escrituras no hablan sobre el matrimonio en el cielo, y las palabras de Dios a Moisés, que es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (hombres que ya habían muerto) es suficiente para demostrar la realidad de una resurrección venidera. Nuevamente, Jesús evita la trampa y confunde a sus oponentes.
La Trampa de los Mandamientos
Deciden intentar una vez más. Viene un escriba y le pregunta a Jesús cual es el primer mandamiento de todos. ¡Jesús está listo! Amar a Dios sobre todo es el primer mandamiento. Amar a tu prójimo como a ti mismo es el segundo mandamiento más importante. Esta vez el escriba afirma la respuesta de Jesús. Puede haber esperanza para este escriba. Jesús reconoció la sabiduría de su respuesta y le dijo: “no estás lejos del reino de Dios.” (Marcos 12:34).
Los líderes religiosos ya no soportan más. Dejan de buscar engañar a Jesús. Solo les queda una opción: matarlo. ¡Es exactamente lo que planean hacer!
Esa tarde, mientras descansan en el Monte de los Olivos frente al templo, Jesús toma un tiempo para hablarles a sus discípulos sobre la destrucción venidera de Jerusalén (70 DC) y sobre su segunda venida. Su desafío a sus discípulos: estar alertas; velar; vivir en una manera que siempre están listos para que Jesús regrese.
Nuestra Respuesta
¡Los fariseos y los saduceos lo odian! Después de escuchar las respuestas de Jesús hoy, su reacción es matarlo. ¿Cuál es tu reacción? El llamado de Jesús al discipulado es un llamado radical. Solo hay dos maneras de responder. O lo amas lo suficiente como para abandonar todos tus otros amores y seguirlo, o no quieres tener nada que ver con él.
[1] William Lane, The Gospel of Mark, NICNT (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing CO., 1974), 413.
[2] Ibíd., 423.
Autor
Está casado con Cheryl y tienen tres hijos, Lauren, Micah y Abigail. Juntos han trabajado como misioneros en el Perú desde el año 2006. Es el pastor principal de la Iglesia Bautista Gracia, en el centro de Lima. Tiene su Bachiller en Educación de la Universidad de Bob Jones, y una Maestría en Teología de Calvary Baptist Theological Seminary.