Lunes: La Confrontación Comienza

Deseo relatarte día a día los acontecimientos de la Semana más Importante de la Historia del Mundo.

El viaje a Jerusalén duró varios días.  El momento más memorable en el camino fue cuando Jesús sanó a dos ciegos en las afueras de Jericó.  Su grito de Hijo de David, Ten misericordia de nosotros” (Mateo 20:31) fue un presagio de lo que ocurrió ayer, domingo por la mañana. Jesús había enviado a dos discípulos a un pueblo cerca de la base del Monte de los Olivos para conseguir un pollino.  Sus discípulos pusieron sus mantos sobre el animal y comenzaron a cruzar el valle que se extiende entre el Monte de los Olivos y la ciudad de Jerusalén.  La multitud creció, y cuando entraron en Jerusalén gritaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene!” (Marcos 11:9-10).  Unos fariseos que estuvieron allí le dijeron a Jesús que debía reprender a sus discípulos.  La respuesta de Jesús fue poderosa; Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.” (Lucas 19:39-40).  El domingo por la noche, Jesús y sus discípulos regresaron al pueblo cercano, Betania, a dormir, pero la confrontación con los líderes religiosos ya había comenzado.

La Higuera

El lunes por la mañana, Jesús y sus discípulos regresan a Jerusalén.  De repente, Jesús hace algo que sorprende a los discípulos.  Jesús vio una higuera en la distancia, y como tenía hambre, se acercó a ella para recoger su fruto.  Sin embargo, descubrió que solo tenía hojas; no había higos. Inmediatamente lo maldijo.  Sus discípulos lo escucharon decir: Nunca jamás coma nadie fruto de ti.  Mañana, martes, pasarán de nuevo y encontrarán la higuera completamente secada.

En los profetas del Antiguo Testamento, Israel se compara con una higuera (Oseas 9:10, Jeremías 8:13).  Anteriormente, Jesús había contado una parábola en la que un hombre tiene una higuera plantada en su jardín, y durante tres años viene buscando fruto, y no lo encuentra.  Le dice a su jardinero que la corte.  El jardinero pide un año más para cavar a su alrededor y fertilizarla para ver si pueda producir fruto; y si no, entonces lo cortaría (Lucas 13:6-9).  El mensaje que Jesús comunica tanto con la parábola como con la higuera es el mismo.  A Israel se le ha dado la oportunidad de responder con fe al verdadero Rey Mesías, el “Hijo de David”.  Pero no quieren nada que ver con él.  No están produciendo fruto espiritual.  Como en los días de los profetas, solo hay un pequeño remanente de verdaderos creyentes.

Confrontación en el Templo

¡El trabajo de Jesús para el día aún no ha terminado!  Lo que ocurrió con la higuera anticipó algo aún más impactante.  ¡Jesús tiene una misión!  Entra al templo y comienza a expulsar a los que venden palomas a los pobres viajeros que habían venido a hacer sus sacrificios.  Voltea las mesas de los que intercambian dinero.  Confronta a los tramposos y ladrones con estas palabras: “Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.” (Mateo 21:13).  En realidad, confronta a todo el sistema religioso que permitió que este tipo de cosa continuara.  Los principales sacerdotes y los escribas están indignados.  Lo habían tolerado por un período de tiempo,

“pero ahora estuvo dentro de la Ciudad Santa. Había entrado por la puerta como si fuera el nuevo David o el nuevo Salomón.”[1]

Han decidido destruirlo tan pronto que puedan.  Entienden lo que está en juego.  Si Jesús lleva a cabo sus propósitos, todo el sistema de los fariseos se viene abajo.  Tienen que destruirlo. Se acerca la noche; Jesús y sus discípulos regresan a Betania para pasar dormir.  Mañana será un día de graves conflictos con los escribas y los fariseos.

Nuestra respuesta

Desde el principio de los tiempos, se ha marcado una división entre los que pertenecen a su padre el diablo (Juan 8:44) y los que pertenecen al Padre Celestial.  Los que pertenecen al verdadero Padre aman a Jesús.  Desean “la religión pura y sin mácula”.  (Santiago 1:27).  Anhelan cantar “Bendito el que viene en el nombre del Señor”.  ¿Tu corazón adora a Jesús como Rey?

[1] Andreas Kostenberger y Justin Taylor, No Turnning Back (Your Sorrow Will Turn to Joy: Morning and Evening Meditations for Holy Week) Publicado por Desiring God, 2016, 18.

 

Autor

Más del autor

Está casado con Cheryl y tienen tres hijos, Lauren, Micah y Abigail. Juntos han trabajado como misioneros en el Perú desde el año 2006. Es el pastor principal de la Iglesia Bautista Gracia, en el centro de Lima. Tiene su Bachiller en Educación de la Universidad de Bob Jones, y una Maestría en Teología de Calvary Baptist Theological Seminary.

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