Una mujer perdió a su esposo después de 40 años de matrimonio por un súbito ataque cardiaco. La mujer dijo que el sufrimiento que resultó de ello la había hecho valorar más el amor.
Cuando escuchaba a las parejas pelear, algunas veces ella les hablaba, diciendo “No gasten tiempo en eso”. Ella notó que los momentos desperdiciados en todas nuestras vidas se hacen más preciosas cuando no se pueden repetir.
El sufrimiento cambia nuestra perspectiva en la vida. Es algo trillado, pero es cierto que la manera en que tratamos el dolor nos hará o bien amargos o mejores. En una declaración extraordinaria (Romanos 8:28) Pablo a través de un texto fabuloso muestra la seguridad que el creyente tiene en Cristo.
Si tú estás en Cristo, estos versos son para ti. No es para cualquier grupo humano, este texto es para aquellos hijos que han sido adoptados, hecho hijos de Dios, quien Dios mismo conoció, predestinó, llamó, justificó y glorificó. (Romanos 8:29-30)
Dios tiene un gran amor por el mundo. Dios tiene un gran amor por ti, y el calibre de su amor no está porque sufres menos o sufres más. La prueba del amor de Dios ya se reveló en el sufrimiento total de Cristo. El sufrió todo como muestra de Su amor por ti, y el amor de Dios no tiene ninguna comparación, porque El mismo no escatimó entregar a su propio Hijo. (Romanos 8:32) ¿Te imaginas el profundo dolor de Dios?
Cuando sufrimos, parece más morir que vivir. Nuestro sufrimiento debe hacernos recordar a un sufrimiento mayor. Es decir, Cristo pagó el precio infinito de sufrimiento por ti. Mas en nuestra vida real, a veces eso se torna iluso o ligero. Sin embargo, el sufrimiento cobra sentido dentro del amor de Dios.
Ro. 8:35 “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
¡Qué tremenda lista de sufrimiento! A veces sufres por lo que tienes, y a veces sufres por lo que no tienes. Aún con esta lista mencionada. Dios definitivamente quieres que seas feliz, a largo plazo, infinita y profundamente ahora a través de esas circunstancias.
Ro. 8:37 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”
Lo que creo que “más que vencedores” significa es que un vencedor tiene a sus enemigos sometidos a sus pies, así que tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada, ahí están conquistadas a mis pies.
Más que vencedores significa que no están solo a mis pies, sino están sirviéndome. No están en cadenas, ni en prisión, me están sirviendo. Ahora puedo decir que, mi persecución, mi hambre, mi desnudez, mí perdida, por más dolorosas que sean son mis sirvientes.
Dios las hace trabajar juntas para mi bien, y ese bien que trabaja en y a través de ellas es el fundamento de mi felicidad. Tenlo por seguro, Dios te quiere feliz, pero él no lo hace con circunstancias, lo hace con El mismo, lo hace con el Evangelio.
Este es un llamado de fe, de gran fe. Dios es bueno, Él está usando estas cosas para nuestra profunda felicidad, nuestra profunda y sólida felicidad para la eternidad. Además, Pablo dijo en 2 Corintios 6:10 “Como entristecidos, mas siempre gozosos”
El gozo que buscamos, es el gozo que recibimos en Jesucristo, y ese gozo siempre esta entretejido en este mundo de tristeza. La vida no es simple, hay placer y hay dolor, hay dulzura y hay amargo sufrimiento, hay gozo y hay tristeza, hay vida y salud, hay enfermedad y muerte.
El Evangelio debe influenciar en el modo que vivimos cada día de nuestra vida. Dios no nos dio el evangelio, solo para que lo aceptamos y nos convirtiéramos. En realidad, nos lo ofrece cada día como un regalo para la vida y la santidad. El creyente sabio aprende pronto esta verdad y es capaz de extraer los beneficios cuando nos absorbe el evangelio, cuando nos lo repetimos siempre que lo necesitamos y cuando nos atrevemos a hacerlo real en todo lo que hacemos.
Uno de los beneficios del sufrimiento es que nos hacen ser conscientes de que estamos en una posición en la que hay muy poco que podamos hacer para ayudarnos a nosotros mismos. No podemos cambiar el diagnóstico negativo. No podemos detener la crítica áspera. No podemos amortiguar el dolor. Pero si podemos mirar a la cruz. Podemos regocijarnos en nuestra unión en Cristo.
Charles Spurgeon dijo, “Permanezca siempre junto a la cruz y examine el misterio de sus heridas”
El sufrimiento del cristiano, es una señal que Dios es Su Padre. La muestra de eso es que Dios mismo nos envuelve con sus amorosos brazos, tenemos la seguridad y la tranquilidad de su fiel cuidado. Una vida feliz no es la que está ausente de los problemas, sino la que está fundada en Cristo.
Autor
Vive en Lima, Perú. Es uno de los pastores de la Iglesia Bautista Gracia. Tiene una Licenciatura en Educación, Maestría en Artes en Southern Baptist Theological Seminary y una Maestría en Divinidad en Midwestern Baptist Theological Seminary. Actualmente, es candidato al Doctorado en Ministerio en Southern Baptist Theological Seminary. Está casado con Laura, con quien tiene una hija. Le encanta leer y tener conversaciones acompañado con una taza de café.