Pronto se acerca el día del padre y todos están hablando de qué regalo hacer o comprar. De cómo celebrar ese día tan especial, al recordar como ellos han tenido un rol importante en sus vidas. Ahora, probablemente estés pensando, “¿por qué está escribiendo una mujer un artículo sobre el tema del día del padre?” Buena pregunta. Todos tienen un padre, ¿no? Y si eres creyente, tienes un Padre celestial.
Doy gracias a Dios por el padre que me ha dado, sin duda, es un regalo para mí. He podido aprender mucho de él con tan solo ver cómo vive su vida. Desde que tenía siete años hasta mi último año de secundaria, mi papá era mi entrenador de tiro con arco. Estuvo allí para ayudarme a tensar la cuerda por primera vez, para animarme después de cada mal tiro, para celebrar cada acierto al blanco (diana) y para enseñarme a ser una mejor arquera. Algunos de mis mejores recuerdos con mi padre fueron cuando estuvimos juntos en un campeonato de tiro con arco, donde me enseñó la disciplina, el trabajo duro y el buen espíritu deportivo. Pero más allá de eso, también me ha enseñado a vivir la vida cristiana con dedicación al Señor, a tener hambre por la Palabra de Dios, hablar del evangelio con cualquier persona y a ser compasiva con los demás.
Espero que hayas tenido una relación con tu papá como la mía, pero entiendo también que puede ser que no. Entonces, sin importar cuál sea tu realidad, de todas maneras, deseo llamar tu atención hacia el Padre Celestial. ¿Cuántas veces la biblia presenta a Dios como nuestro Padre? Y ¿En cuántas maneras diferentes también lo hace? Pese a que las Escrituras nos han enseñado que el Padre nos creó, nos adoptó y nos conoce mejor que nadie, me gustaría ver cuatro roles específicos que Dios tiene como Padre en la vida de Sus hijos.
El Padre Celestial nos ama.
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” – 1 Juan 3:1
“Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.” -Salmo 103:13
Parece un dato pequeño, ¿no? Pero si realmente conoces el amor de Dios por los suyos, sabrás que es realmente profundo. Según 1 Juan 4:10, Él tomó la iniciativa de amarnos primero. Nos amó sin reservas aun cuando éramos pecadores rebeldes (Ro 5:8). Nos ama tanto que envió a Su Hijo para ser nuestro sacrificio (Juan 3:16). En 1 Corintios 13, podemos leer una lista de las cualidades del amor genuino que Dios tiene hacia nosotros: sufrido, benigno, goza en la verdad y más. ¿Recuerdas el amor del padre del hijo pródigo? Nuestro Padre nos ama con un amor misericordioso y perseverante. Cuando sientas que nadie te ama, busca al Padre. Cuando sientes que no lo mereces, busca el amor incondicional del Padre ¿Meditas en el amor del Padre en tu vida? ¿Has sentido el amor de Dios en tu vida? El Padre Celestial te ama profundamente.
El Padre Celestial provee nuestras necesidades.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” -Efesios 1:3
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” -Santiago 1:17
Estos versículos no hablan directamente de necesidades físicas, aunque claro que sí, Dios provee este tipo de necesidades también (Mateo 6:31-32). Más que nuestras necesidades físicas, el Padre provee nuestras necesidades espirituales. Debido a que vivimos en un mundo materialista nos olvidamos de que nuestro Padre es el único que nos puede dar lo que necesitamos espiritualmente. Filipenses 4:19, nos dice que Él “suplirá todo lo que [nos] falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Cuándo estás orando, ¿pides solo cosas físicas? o ¿estás pidiendo que el Padre provea sobre todo tus necesidades espirituales? ¿das gracias cuando ves que tu Padre te ha suplido todo lo que necesitas? El Padre Celestial provee todas tus necesidades.
El Padre Celestial nos disciplina.
“No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.” -Proverbios 3:11-12
“Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.” -Hebreos 12:5-6
Cuando era niña odiaba recibir castigos de mi padre, no porque su disciplina era necesariamente muy dura o porque tenía miedo de los castigos de mi padre, sino porque sabía que yo estaba mal, que había desobedecido. ¿Leíste los versículos arriba? Dice que como hijos de Dios debemos recibir la disciplina de nuestro Padre con gozo, ¿en serio? Si, en serio y ¿por qué? Porque cuando nuestro Padre Celestial nos disciplina es porque nos ama tanto. Por otro lado, Dios en Hebreos 12, nos enseña que Su disciplina es provechosa y Su propósito es que participemos de Su santidad. ¿Te quejas cuando el Padre trata de disciplinarte para que te parezcas más a Él? o ¿Acoges la disciplina del Padre en tu vida? El Padre Celestial te disciplina para tu bien.
El Padre Celestial obra en nosotros.
“¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.” -Juan 14:10
“Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros” – Isaías 64:8
En mi opinión, he dejado lo mejor para el final. Saber que mi Padre Celestial siempre está obrando en mi vida, cambiando mi corazón y renovando mi mente; me da mucho gozo y mucha esperanza. Yo sé que cuando siento la presión y el mal de este mundo, Dios sabe mis luchas y me está equipando para hacer su voluntad (He 13:21). Y qué versículo tan bello de la obra del Padre en Sus hijos que Filipenses 1:6 que dice, “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Cuando me siento abrumada por mis luchas o por la atracción del mundo, yo estoy segura de que mi Padre no me va a dejar sola; va a seguir haciendo Su obra en mi vida hasta que por fin pueda verlo cara a cara en la eternidad. ¡Qué promesa tan poderosa y reconfortante! Cuándo sientes que no hay esperanza y estás solo, ¿corres al Padre que siempre está obrando en tu vida? ¿Tomas el tiempo para agradecer por la obra que el Padre hace en ti? El Padre Celestial obra en tu vida y lo hará hasta el final.
No quiero dejar toda esa bella información sobre nuestro Padre Celestial sin llamarnos a responder. Te invito a meditar en tu relación con tu Padre Celestial.
Si eres creyente, hijo de Dios, piensa por un momento en tu relación con tu Padre. Descansa en Su profundo amor, Su suficiente provisión, Su disciplina perfeccionadora y Su obra perseverante. Llena tu mente con la verdad del Padre Celestial.
Si no eres creyente, no eres hijo de Dios. Tu pecado te separa del Padre, pero Él ha provisto un camino para que tengas una relación con Él. Envió a su único Hijo a vivir una vida perfecta para ser el sacrificio suficiente por nuestro pecado. Jesucristo está ahora vivo y a la derecha del Padre, y Él es la única manera de restaurar tu relación con Dios. Arrepiéntete de tus pecados, cree en Jesucristo y vive en la gracia del Padre.
El Padre Celestial te ama, provee tus necesidades, te disciplina, y obra en tu vida. Espero que estas verdades sean de bendición para tu vida como lo han sido para la mía.
Autor
Es del estado Pensilvania en los Estados Unidos. Actualmente sirve como misionera en la Iglesia Bautista Gracia, trabajando con las adolescentes, las jóvenes, y los niños. Por la influencia que otras hermanas han tenido en su vida, ella siempre ha sentido el llamado de Dios a tener una influencia en las vidas de otras mujeres. Disfruta explorar Lima, cantar música cristiana, pasar tiempo con su familia, amigos, y su prometido.
- Alexis Shoemakerhttps://blog.graciaenlima.com/author/alexis/
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