El Evangelio es Nuestra Verdadera Historia

Recuerdo el día que estuve leyendo al teólogo británico Leslie Newbigin. Cuando de repente, sentí como si las piezas de un rompecabezas se unieran para mí de una manera que nunca antes había sucedido. Me di cuenta de que soy cristiano, en esencia, porque creo la historia de la Biblia, la historia del evangelio de Jesucristo. Eso fue el comienzo para mí de escudriñar la historia de la Biblia. En su libro, El Evangelio en una Sociedad Pluralista, Newbigin expresa el concepto de esta manera:

“Ciertamente, la Biblia se diferencia claramente del libro de los libros sagrados del Oriente exactamente en este punto. A diferencia de ellos, se propone hablar de la vida humana en el contexto de una visión universal y cósmica de la historia. Aunque, por supuesto, contiene una variedad de material – códigos legales, oraciones, sabiduría, y la instrucción moral – es, en su plan general y en una gran parte de su contenido, historia. Pone delante nosotros una visión de la historia cósmica de la creación del mundo hasta su consumación, de las naciones que constituyen la única familia humana…de una nación elegida para ser la portadora del significado de la historia para el bien de todos, y de un hombre llamado a ser el portador de ese significado para esa nación. La Biblia es historia universal”.[1]

Para captar la esencia de lo que Newbigin afirma aquí, hay una serie de verdades que debemos considerar claramente.

La Biblia es Una Historia

Toda buena historia que se haya escrito tiene en su núcleo algún tema o idea que impulsa la narrativa a través de cada giro diferente de la trama hasta llegar a una conclusión hermosa, poderosa, o en algunos casos, trágica. A primera vista, la historia de la Biblia parece enfrentar algunas dificultades serias cuando se trata de encontrar un tema común o de descubrir una trama que mantenga unida toda la historia de una manera lógica y convincente. Considera, por ejemplo, que la Biblia fue escrita sobre un periodo de aproximadamente 2000 años, por 40 autores diferentes, quienes escribieron en tres idiomas distintos y en tres diversos continentes. Considera que las vocaciones de estos autores incluyen una variedad tremenda: pastor, rey, erudito, pescador, profeta, general militar, copero y sacerdote. Considera, también, la variedad de propósitos en juego en sus escritos: algunos son registros históricos; otros dan instrucción espiritual y moral; otros pronuncian juicio; algunos, incluso, profetizan acerca de las cosas por venir.[2]

Muchos señalarían estas dificultades y dirían que no es posible que la Biblia tenga sentido como un solo libro. Sin embargo, si en nuestro estudio de la Biblia llegamos a ver que hay algo que mantiene unida la historia del libro, por ejemplo: una trama, o un hilo argumental de la historia que hace sentido del libro completo; si vemos que cada parte de la Biblia tiene un lugar lógico e importante en la historia, eso cambia toda la dinámica. Nos hace buscar leer toda la biblia buscando entender la esencia de la historia de la Biblia. Por otro lado, si es cierto que la Biblia es en esencia “una historia”, esa verdad se convierte en una de las cosas que nos convence de su inspiración.  ¿Quién podría preservar la unidad de un libro y el desarrollo de una sola historia, durante muchos años con una variedad de escritores, sino solo Dios?

La Biblia Presenta una Imagen de la Realidad

Entonces, si la Biblia es una historia, ¿De qué se trata la historia? ¿Qué tipo de historia es la Biblia?  Aunque hay una variedad de maneras de responder bien estas preguntas, la respuesta más comprensiva es que la Biblia es una imagen de la realidad.[3] Es decir, la Biblia presenta una cosmovisión exhaustiva. Cuando me refiero a una cosmovisión exhaustiva, estoy hablando de una compresión de la realidad; una visión del mundo en su conjunto. Una cosmovisión exhaustiva es un sistema de creencias sobre cómo explicamos lo que hay, lo que existe. Para ayudarnos a entender la Biblia así (y debemos entenderla así), consideremos por un momento otras dos cosmovisiones exhaustivas. En su libro, La Verdadera Historia, el apologeta, Gregory Koukl, define los siguientes términos: [4]

El Materia-ismo. Esta cosmovisión afirma que la materia es todo lo que existe. Podríamos llamarlo el naturalismo. Esta cosmovisión dice que no hay un dios; solo hay materia. Como lo expresó un autor, esta historia comienza con: “En el principio eran las partículas”.[5]

El Mente-ismo. La otra cosmovisión dice que la mente es todo lo que existe. Esta historia es una historia antigua, y afirma que todo es dios. No dice que todo proviene de dios; dice que todo es dios. Entonces, para esta historia, el mundo físico es solo una ilusión. Lo que es real es dios, y todo es dios, incluso nosotros. En esta cosmovisión, la manera de encontrar “lo bueno”, de encontrar la paz y la armonía con lo real, se describe como algún tipo de camino hacia la iluminación. Esta historia tiene bastantes variaciones, pero en general, esta es la historia que cuenta.[6]

Es importante que entendamos que estas cosmovisiones hacen afirmaciones absolutas. Si una de ellas es verdadera, las otros dos no lo son. Es imposible que las tres cosmovisiones sean confiables en cuanto a su descripción de nuestra realidad.

Así que, ¿En qué consiste la cosmovisión, la historia, de la Biblia?

La Historia de la Biblia Tiene Cuatro Partes Importantes

Cada cosmovisión exhaustiva busca responder ciertas preguntas profundas acerca de nuestra existencia. Son preguntas como estas: ¿De dónde venimos? ¿Por qué el mundo tiene tantos problemas? ¿Habrá una solución o una salvación para el mundo y para los seres humanos?

La historia de la Biblia tiene cuatro partes importantes que en sí responden las preguntas más profundas de nuestra existencia. Añado que, si una determinada cosmovisión no tiene una de estas cuatro partes, realmente no puede considerarse una cosmovisión integral, o exhaustiva. En cuanto a la historia de la Biblia, se puede entenderlos como los cuatro capítulos principales de la Biblia.

La Creación (¿De dónde venimos?). Cada cosmovisión nos dice de dónde provienen las cosas que existen. Nos dice algo acerca de cómo es la verdadera realidad, ya que responden a las preguntas de nuestro origen. La Biblia comienza con la creación. Nos dice que el mundo comenzó con un Dios preexistente quien es eterno. Decidió crear un mundo físico y hacer una criatura a su propia imagen, el ser humano, que gobernaría sobre su creación física.

La Caída (¿Cuál es el problema?). Cada cosmovisión tiene que abordar los problemas del mundo. Tiene que ayudarnos a entender por qué las cosas están tan mal. La Biblia nos dice que las cosas están muy mal porque el hombre se rebeló contra Dios, y Dios respondió maldiciendo la tierra y permitiendo que la muerte comenzara a seguir su curso. Esto se ve claramente en Génesis capítulo tres.

La Redención (¿Cuál es la solución?). Este es el punto en el que las otras cosmovisiones se vuelven realmente interesantes.

El mente-ismo siempre apunta a algún tipo de iluminación como respuesta. Apunta a un proceso de crecimiento hacia un conocimiento más profundo de la gran Mente, o algo así. Pero, el problema es que, en esta cosmovisión, todos pierden su identidad personal en el proceso. Considera el concepto de la reencarnación. En ese proceso de crecimiento hacia una iluminación más profunda, pierdes tu personalidad. Pierdes la esencia de quién eres realmente. Si todo es dios, entonces no tenemos una personalidad propia.

El materia-ismo siempre nos señala algún tipo de avance social, tecnológico y político. Es la idea de que, a través de una mejor tecnología, mediante una mayor conciencia social, y mediante decisiones políticas, el mundo seguirá mejorando y alcanzará algún tipo de utopía. Si estudiamos la historia, no vemos ninguna esperanza para esta cosmovisión. El siglo XX, el siglo que produjo los avances tecnológicos más grandes en la historia del mundo, fue también el siglo más brutal en la historia del mundo: dos guerras mundiales y millones de personas asesinadas por dictadores radicales en diferentes partes del mundo. Y el futuro con bombas nucleares no parece ofrecer ninguna esperanza verdadera.

El cristianismo nos explica que la solución se encuentra en una persona, Jesucristo. Jesús vino a la tierra (Dios mismo vino). Hablando con su grupo de amigos íntimos, la noche antes de su muerte, Jesús les dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6). Estas tres afirmaciones son tremendas. Jesús no vino como un gran maestro para enseñarnos una verdad. Él es la verdad. No vino para enseñarnos el camino. Él es el camino. El rescate de todo lo que está mal en el mundo es posible solo porque Él vino y Él murió en una cruz por nuestros pecados. No vino para apuntarnos hacia una vida. Él es la vida. En Él hallamos la nueva vida espiritual; un nuevo corazón; una vida cambiada.

La Restauración (¿Cómo terminarán las cosas? ¿Cómo será el mundo una vez que todo esté bien?) La Biblia afirma que Dios el Creador de todo hará nuevo los cielos y la tierra (Apocalipsis 21:1-5).

¿En cuál de estas cosmovisiones exhaustivas confías?

A menos que tengas alguna otra cosmovisión exhaustiva que honestamente satisfaga tus preguntas sobre nuestra existencia (lo cual es muy poco probable), debes ceñirte a una de estas tres cosmovisiones. Como ya debemos entender, las ramificaciones de confiar en una cosmovisión sobre otra son tremendas; literalmente, afectan toda tu vida. Si el materia-ismo es realmente cierto, entonces lo más lógico es comer, beber y divertirte porque, ¿quién sabe si mañana estarás vivo? Si el mente-ismo es verdadero, entonces, ¿por qué estás buscando tantos placeres físicos si lo material es solo un producto de nuestra imaginación? Pero, si la historia de la Biblia es nuestra verdadera historia, entonces la única respuesta razonable es entregar nuestras vidas a Aquel quien murió por nosotros para que podamos encontrar nuestro verdadero ser en él. Lo que crees hace toda la diferencia.

[1] Leslie Newbigin, The Gospel in a Pluralist Society (Grand Rapids: W.M. Eerdmans Publishing Company, 1989), 89.

[2] Parte de la redacción de estas expresiones proviene de este artículo de Answers in Genesis, https://answersingenesis.org/the-word-of-god/3-unity-of-the-bible/ (consultado el 13 de junio de 2019).

[3] Gregory Koukl, La Verdadera Historia (Nashville: B&H Publishing Group, 2019), p.25.

[4] Gregory Koukl, La Verdadera Historia.

[5] https://gracevalley.org/teaching/in-the-beginning-were-the-particles/

[6] Estoy usando términos que usa Gregory Koukl en su libro ya citado.

 

Autor

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Está casado con Cheryl y tienen tres hijos, Lauren, Micah y Abigail. Juntos han trabajado como misioneros en el Perú desde el año 2006. Es el pastor principal de la Iglesia Bautista Gracia, en el centro de Lima. Tiene su Bachiller en Educación de la Universidad de Bob Jones, y una Maestría en Teología de Calvary Baptist Theological Seminary.

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