Toda buena historia tiene a un protagonista. Normalmente, el protagonista se presenta en el primer capítulo. La historia de la Biblia es diferente. El Protagonista no entra en escena de manera explícita hasta más allá de la mitad de la historia. De hecho, en la primera división de la historia, el Antiguo Testamento, hay profecías y metáforas que nos apuntan a la venida del Protagonista. Es decir, la historia anticipa la llegada del Protagonista, sin el cual no habría esperanza.
Una de las preguntas más importantes que queda en el aire al final del Antiguo Testamento es esta: una vez que llegara el protagonista, ¿qué hará? ¿Cuál sería su papel? En realidad, no hay que estar en duda. Tenemos cuatro libros completos de la Biblia dedicados exclusivamente a contarnos la historia del Protagonista, Jesucristo. Aquellos libros– Mateo, Marcos, Lucas y Juan– nos cuentan lo que él hizo y lo que enseñó. También tenemos el contexto de todo lo que el Antiguo Testamento predijo sobre su venida, y, en Las Epístolas, tenemos bastante comentario sobre cómo debemos interpretar la vida y la enseñanza de Jesús.
Sin embargo, incluso con toda esa información, hay muchos que siguen confundidos sobre el papel de Jesús, sobre su enseñanza, y específicamente, sobre el propósito que tuvo en venir a este mundo.
Perspectivas Equivocadas acerca de Jesús
Jesús vino principalmente como un ejemplo de humildad. En general, se considera que Jesús es una de las personas más humildes que jamás haya andado en la tierra, y que su propósito principal al venir era darnos un ejemplo de humildad. Sin embargo, Jesús mismo habló de esta forma: “Yo soy el camino” y “Yo soy la vida” (Juan 14:6). No señaló fuera de sí mismo a alguna enseñanza superior a él mismo; por el contrario, dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Constantemente señaló que la salvación eterna no se encuentra al seguir ciertas enseñanzas; sino, que la salvación se encuentra al creer en él. Jesús afirmó ser la solución para los problemas más profundos en tu vida. Si realmente miras a Jesús principalmente como un ejemplo de la humildad, ¿Cómo explicas ese tipo de afirmación de parte de él?
Jesús vino principalmente para llamarnos a cuidar a los pobres y necesitados. Muchos dicen que Jesús vino principalmente para mostrarnos cómo cuidarnos los unos a los otros, especialmente a los pobres y necesitados. Sin embargo, si ese fue su propósito principal al venir, hay algunas cosas difíciles de explicar. Por ejemplo, en Marcos capítulo 14, leemos sobre una situación en la que una mujer se acerca a Jesús con una botella de perfume caro, y ella vierte todo el contenido sobre Jesús. Algunos de los que estuvieron allí la cuestionaron por haber “desperdiciado” el perfume costoso. El punto que destacaron fue que el perfume podría haberse vendido por mucho dinero y que ese dinero podría haber sido dado para ayudar a los pobres. Jesús no estuvo de acuerdo con ellos. Él respondió diciendo que ella había hecho bien porque estuvo ungiendo su cuerpo de antemano (como una señal) por su muerte y su entierro. En su respuesta, Jesús dice esto acerca de los pobres: “Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien” (Marcos 14:7). Si Jesús vino principalmente para llamarnos a cuidar a los pobres, esta historia no tiene sentido. Pero Jesús no nos deja en suspenso. Incluso en este encuentro, nos da una pista tocante a su propósito en venir a esta tierra. Él dice que donde sea que se proclame el evangelio en todo el mundo, lo que hizo esta mujer se contará en memoria de ella. El propósito de su vida, su obra y su enseñanza se puede resumir en ese mismo término, “el evangelio”. Consideremos como ejemplo el libro de Marcos.
El Evangelio de Marcos y el Propósito de la Venida de Jesús
Marcos comienza su Evangelio con esta declaración: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.” (Marcos 1:1). Anuncia el tema principal de su libro: el evangelio de Jesucristo. Luego, Marcos nos dice que Jesús comenzó a predicar la necesidad de arrepentirse y creer el evangelio, las buenas nuevas de su venida (Marcos 1:15).
Después, Marcos comienza a mostrarnos dos cosas. En primer lugar, nos muestra el poder y la autoridad de Jesús sobre toda la creación. Nos cuenta de Jesús sanando enfermedades, calmando una tormenta, echando demonios y levantado a algunos de la muerte. En segundo lugar, nos ilustra el hecho de que muy pocos entendieron el significado de sus hechos y la importancia de su venida. Los fariseos y los escribas lo odiaban; las multitudes solo querían el beneficio de la sanación y la provisión de pan que Jesús pudo dar. Aún sus propios discípulos eran muy lentos en captar el significado de su venida. Pero, aunque eran lentos para entender a Jesús, Dios comienza a abrir su entendimiento. El Evangelio de Marcos llega a una cumbre en el capítulo ocho con la declaración de parte de Pedro, “Tú eres el Cristo.” (Marcos 8:29). Inmediatamente, Jesús comienza a enseñarles que era necesario que él sufra, que lo iban a matar, y que iba a resucitar de la muerte (Marcos 8:31). Pedro gira y confronta a Jesús por haber hablado así. Jesús le responde, “¡Quítate de delante de mí, Satanás!” (Marcos 8:33). Jesús habló así, porque su muerte y su resurrección son los dos aspectos más importantes de su venida.
La Muerte y la Resurrección de Jesús
A lo largo de su ministerio, Jesús a menudo le mandaba a una persona que había sanado que no fuera y anunciara a los demás lo que Jesús le había hecho. Aparentemente, esto sucedió con algo de frecuencia, porque encontramos varios casos así en los Evangelios. Algunas personas lo explican de esta manera: Jesús no quería que las multitudes se hicieran demasiado grandes, por lo que desanimó a las personas a contarles a los demás lo que Jesús había hecho por ellos. Sin embargo, hay una razón mucho más profunda que explica esta situación. Jesús sabía que si las personas anunciaban su venida estarían anunciando un evangelio incompleto. Jesús aún no había muerto por nuestros pecados. Aún no había resucitado de entre los muertos para darnos vida nueva. Al menos tres veces, Jesús les dijo a sus discípulos que iría a Jerusalén, allí lo matarían, pero que resucitaría al tercer día.
Es imposible entender a Jesús sin entender el significado de su muerte y su resurrección. Si él no hubiera muerto por nuestro pecado, toda la enseñanza moral que él dio no tendría sentido, porque nunca podemos ser lo suficientemente buenos como para merecer pasar la eternidad con Dios. Jesús tuvo que morir por nuestro pecado. Y tuvo que resucitar de entre los muertos. Si él no hubiera resucitado de la muerte, no tendríamos ninguna esperanza de una nueva vida. ¡Es su muerte y su resurrección que dan sentido a toda su vida y su ministerio!
Autor
Está casado con Cheryl y tienen tres hijos, Lauren, Micah y Abigail. Juntos han trabajado como misioneros en el Perú desde el año 2006. Es el pastor principal de la Iglesia Bautista Gracia, en el centro de Lima. Tiene su Bachiller en Educación de la Universidad de Bob Jones, y una Maestría en Teología de Calvary Baptist Theological Seminary.
- Tim Chapmanhttps://blog.graciaenlima.com/author/tim/
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