Deseo relatarte día a día los acontecimientos de la Semana más Importante de la Historia del Mundo.
La Mañana Gloriosa
Hoy, temprano, María Magdalena y otra mujer llamada María se acercan a la tumba. El viernes, habían observado donde Jesús fue sepultado, y después del día de reposo, vienen temprano con especias para ungir el cuerpo de Jesús. Mientras caminan hacia la tumba, están discutiendo el dilema de la piedra que se rodó frente a la tumba. Pero cuando llegan, se sorprenden. La piedra había sido movida, y la entrada a la tumba está abierta. Luego, ven lo que les parece ser un hombre vestido con una túnica blanca. Pero este no es un hombre. Su túnica brilla como una luz resplandeciente. Es un ángel del Señor. Él les dice a las mujeres que vayan y digan a los discípulos que Jesús ha resucitado de la muerte. Los guardias que habían sido colocados en la tumba de parte de los principales sacerdotes están conmocionados por la aparición del ángel. Tan pronto como las mujeres se van, algunos de los guardias entran a Jerusalén y cuentan a los principales sacerdotes lo sucedido. Ellos deciden pagar a los guardias para que mientan sobre lo que habían visto, que anuncien a la gente que los discípulos de Jesús habían venido de noche y habían robado su cuerpo. Las dos mujeres corren de regreso a la ciudad para buscar a los once discípulos y contarles todo lo que habían visto.
Sin embargo, los discípulos no creen a las mujeres. No confían en ellas. Pero dos de ellos, Pedro y Juan, deciden correr a la tumba. Juan llega primero, pero duda entrar en la tumba. Pedro llega, y él entra primero. Las telas que habían cubierto a Jesús yacían allí. La tela que cubrió la cabeza de Jesús la ven doblada en un lugar por sí sola. No encuentran el cuerpo de Jesús, y no ven un ángel. Desconcertados, vuelven a las casas donde se alojaban.
Encuentros con Jesús
María Magdalena se queda cerca a la tumba, llorando. De repente, un hombre le habla preguntándole a quién está buscando. Ella supone que es el jardinero, por lo que responde: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto.” (Juan 20:15). El hombre le dice: “María”. De repente, sus ojos se abren. Se da cuenta de que él es Jesús. Le habla brevemente sobre la realidad de su resurrección y su próxima ascensión al cielo, y luego le dice que vaya a los discípulos y les cuente lo que ha visto y oído.
Esa tarde, dos de los discípulos están viajando de Jerusalén a un pueblo llamado Emaús. Están discutiendo todas las cosas que habían sucedido, específicamente el informe de las mujeres en relación con la tumba vacía y los ángeles. Jesús se acerca a ellos para acompañarlos caminando, pero no lo reconocen. Él comienza a discutir con ellos mostrándoles cómo las Escrituras señalan a Jesús. Los discípulos son tan movidos por esta conversación con el “forastero” que le instan a quedarse la noche con ellos. Mientras comen, Jesús les abre los ojos para que lo reconozcan, y luego desaparece. Inmediatamente, regresan a Jerusalén (aunque era tarde), y encuentran a los discípulos reunidos y dando testimonio de que Jesús ha resucitado. ¡Apareció a Pedro! La evidencia de la resurrección de Jesús está creciendo. La anticipación de dónde aparecerá a continuación está en la mente de todos.
De repente, ¡Jesús aparece a todo el grupo de los discípulos! Piensan que es un espíritu y están terriblemente asustados. Pero Jesús los consuela y les muestra sus manos y sus pies y los alienta a tocarlo. Incluso les pide algo de comer y le dan un trozo de pescado.
Una Lucha para Creer
¿Por qué a los discípulos les costó tanto comprender la realidad de la resurrección de Jesús? Debemos recordar que una resurrección es algo humanamente imposible. No deberíamos ser demasiado críticos con ellos. También tenemos que entender la profunda debilidad de estos hombres. Es una de las cosas asombrosas de toda la historia del ministerio de Jesús. En los Evangelios, los discípulos parecen estar luchando y fallando mucho más de lo que están teniendo éxito. Sin embargo, es esa debilidad la que hace que la historia de su fruto espiritual sea tan poderosa. Noventa días después de negar a Jesús, Pedro predica el evangelio con gran valor a los judíos reunidos en Jerusalén, y tres mil personas responden con fe.
Nuestra respuesta
En el libro de los Hechos, vemos a los discípulos predicando constantemente la realidad de la resurrección de Jesús. ¿Por qué? Porque entienden que la resurrección de Jesús es la prueba de que una nueva vida opera en nosotros los que creemos (Juan 20:31). Además, es la prueba de que algún día experimentaremos la resurrección de nuestros cuerpos cuando Cristo regrese para reunirnos a todos en su hogar eterno.
Autor
Está casado con Cheryl y tienen tres hijos, Lauren, Micah y Abigail. Juntos han trabajado como misioneros en el Perú desde el año 2006. Es el pastor principal de la Iglesia Bautista Gracia, en el centro de Lima. Tiene su Bachiller en Educación de la Universidad de Bob Jones, y una Maestría en Teología de Calvary Baptist Theological Seminary.