¿Cómo Avanza el Reino de Dios?

El lunes, 10 de septiembre, en la madrugada, miembros de la iglesia cristiana “El Aposento Alto”, usaron escaleras para trepar los muros de la explanada que rodea el estadio donde Alianza Lima juega fútbol, ​​el estadio conocido como “Matute”.  Forzaron la apertura de las puertas y permitieron la entrada de cientos de personas de la iglesia.  Así comenzó su intento de tomar la explanada del estadio. Según El Comercio, hace un año, la iglesia informó al club de fútbol que habían comprado la explanada del estadio y que tenían la intención de construir un templo allí.  Aparentemente, Alianza Lima no tiene un título de ese terreno, a pesar de que “han ejercido la posesión de estos de manera continua, pacífica y pública por 43 años». El club ha declarado que la compra hecha por la iglesia es fraudulenta, y que un juez civil en Lima ha declarado que la compra es improcedente.  Sin embargo nada de esto fue suficiente para impedir que la iglesia proceda a tomar posesión de la tierra que afirma haber comprado legalmente.

Como pastor cristiano, cuando leí esta historia surgieron varias preguntas. ¿Por qué la iglesia compró una propiedad que sabían que había sido poseída por el club de fútbol por más de 40 años? ¿Debería una iglesia usar medios tales como una toma de posesión de la propiedad en la madrugada para defender su supuesto derecho a poseer esa propiedad? ¿Fue creado como una especie de truco publicitario para llamar la atención sobre la iglesia?

Quizás la pregunta más importante es la siguiente: ¿Qué comunica al mundo un acto agresivo y planificado de este tipo con respecto al carácter de Dios y su reino?

En primer lugar, este acto comunica una perspectiva equivocada de cómo avanza el reino de Dios.  Cuando consideramos las bienaventuranzas de Mateo 5, vemos que el reino de Dios pertenece a aquellos que son pobres en espíritu; a aquellos que lloran por su propio pecado. Luego vemos que son los mansos los que heredarán la tierra. Una toma agresiva de una propiedad comunica algo muy diferente de la mansedumbre. Jesús está describiendo a un creyente que no exige sus propios derechos, y que ciertamente no recurre a tácticas manipuladoras o agresivas.

Jesús dijo en Mateo 16: «Edificaré mi iglesia».  Observa el énfasis en Jesús mismo como el que edifica a su iglesia. Él es quien construirá la iglesia. La iglesia es enviada al mundo para proclamar el evangelio, para llamar a la gente a la salvación, y para dejar que Dios construya su iglesia de acuerdo con sus propósitos y fines. Entonces, cuando un grupo como «Aposento Alto» cuidadosamente planea y ejecuta la toma de una propiedad que ha estado en posesión de un club de fútbol por toda una generación, la impresión que se le da al mundo es que el reino de Dios avanza por medio de la fuerza y ​​la manipulación.

En segundo lugar, un acto así por parte de una iglesia organizada deja a uno preguntándose si es el reino de Dios o su propio reino el que están buscando avanzar. Aunque no podemos leer los corazones de los pastores y líderes que prepararon esta toma de medianoche, el acto deja la impresión de que lo que es de suprema importancia para la iglesia es su búsqueda de un lugar para construir su edificio, su templo físico. ¿Será porque están tan preocupados por la gloria de Dios y su reino que sintieron que esto era necesario? Me imagino que la mayoría de los limeños ha llegado a la conclusión de que lo que los líderes de esta iglesia buscan es principalmente el avance de su propio reino.

En tercer lugar, este acto comunica al mundo una perspectiva equivocada de la gloria de Dios y sus propósitos de salvación. Incluso en el Antiguo Testamento, cuando Dios llamó a Israel a pelear contra las naciones impías que lo rodeaban, siempre lo hizo de una manera que Dios verdaderamente recibió la gloria. Los muros de Jericó cayeron de manera tal que dejó a todos admirados de Dios, no de Josué. Dios disminuyó el ejercito de Gedeón a solo 300 hombres para que cuando se les dio la victoria no habría ninguna duda de quién estaba luchando por Israel.

En el Nuevo Testamento, vemos que los propósitos de Dios para la humanidad se han desarrollado. Mientras que en el Antiguo Testamento, Dios estuvo preparando un pueblo separado de las naciones impías por medio de lo cual podría mostrar su gloria; desde la muerte de Jesús y su resurrección, Dios se glorifica a sí mismo a través de la salvación de personas en las naciones de todo el mundo. Sin embargo, “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra …huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). Y las armas de nuestra milicia no son carnales, porque no estamos peleando según la carne (II Corintios 10:3-4).

Entonces, cuando una iglesia hoy en día usa las armas de la carne- la fuerza y ​​la manipulación- para conseguir sus objetivos, eso confunde al mundo en cuanto a los propósitos de Dios en la salvación, y hace que Dios parezca mucho menos glorioso de lo que realmente es.

 

Autor

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Está casado con Cheryl y tienen tres hijos, Lauren, Micah y Abigail. Juntos han trabajado como misioneros en el Perú desde el año 2006. Es el pastor principal de la Iglesia Bautista Gracia, en el centro de Lima. Tiene su Bachiller en Educación de la Universidad de Bob Jones, y una Maestría en Teología de Calvary Baptist Theological Seminary.

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